miércoles, 30 de julio de 2008

Cosmopolitan: “la Biblia y el … punto G”

El viernes pasado me di cuenta que era necesario podarme la ligustrina que tengo en mi cabeza. Me aseguré de pactar una cita entre mi pelo y el geronte "manos de tijera". Fallé. Cuatro “minas” adelante mío: dos viejas para arreglarse la permanente, una quinceañera para hacerse la planchita y una señora de las cuatro décadas para hacer desaparecer… ¡cinco canas! Entro a la peluquería, saludo al peluquero y en un suspiro le digo: “¿para cuánto tengo, papi?”. Me mira, sonríe y me contesta “media horita, esperame acá que enseguida estoy con vos”.

Descompuesta por el olor a spray, me senté en una silla rosa que estaba junto al revistero. Cuando me cansé de mirar la nada y escuchar a Chayane (cóctel mortal) me decidí a tomar una revista. Bajé la mirada y mi mano ya había agarrado la Cosmopolitan. Me sentí atrapada por ella. Mi parte femenina se había adueñado de mi cuerpo. Lo único que quería era… leer el horóscopo.

Luego de ojear mi signo, pude controlar mis feromonas y empecé a analizar la revista y compararla con las otras Cosmos que allí había.

Si hay algo que las caracteriza son sus consejos. Te dicen, desde cómo conquistar al hombre de tus sueños hasta cómo no matar a tu pareja en la convivencia. La mayoría de las lecciones consisten en como hacer que tu "media naranja" este siempre contento con vos y no se quiera ir de pu…

Lo que nunca falta en la Cosmopolitan son los cuestionarios para descubrir como sos en los distintos aspectos de la vida. Si hay algo que nos encanta a las mujeres, es reunirnos y hacernos el test - no precisamente el de embarazo-. Podemos estar horas eligiendo la respuesta que nos resulte la más adecuada para enfrentar un problema. Este cuestionario saca lo peor de una mujer:

· Envidia, si es que a la otra le tocó algo mejor que lo tuyo.
· Mentira, elegís la opción que sabés que te va a dar mayor satisfacción en la devolución.
· Egocentrismo, cualquier cualidad buena, aunque sepas que no te pertenece, te enorgullece.
· Odio, cuando una “amiga”, mientras lee tu devolución, en las cosas buenas agrega un “ay, nada que ver” y en la malas “sisisi, es verdad” (amigas en las buenas y en las malas).

La primera vez que vi la Revista, me asuste muchísimo cuando publicaron la foto de un Ken (traducción para el hombre: Barbie macho). Se trataba del “hombre cosmo”. En cada edición, éste ser muta y se transforma en otro tipo de homo. Siempre hay anexado, a la foto, un cuadro con sus datos personales y sus hobbys. Si una lee ese recuadro, la única conclusión a la que puede llegar es que Ken (además de mentiroso) es un pote de dulce de luche con abdominales (2 cucharadas y te empalaga).


Otras secciones típicas de la revista:

· Dietas: anti miles de cosas que una no sabía que tenía hasta que lee la revista
· Gym: que es imposible seguir porque la explicación que te dan es inentendible y las fotos no son de gran ayuda
· Maquillaje: si te resultaba imposible seguir los pasos de la gimnasia, olvidate del maquillaje.
· Artesanías: si no entendiste ni la gimnasia, ni el maquillaje no esperes entender las artesanías (y mucho menos a que te queden igual que en la foto)
· “Tips de moda”: te dan recomendaciones a partir de cómo se visten los famosos (aunque haya unos billetes de diferencia con nuestro bolsillo).
· “Lo in y lo out”: cuando la revista muestra lo que es estar bien vestida, te das cuenta que tu gustos sobre moda son como juntar a Ricky Maravilla, Alejandra Pradón y Mariano Grondona.
· Películas: por lo general te recomiendan películas pochocleras, cholulas y/o feministas (que seamos mujeres no significa que no veamos buen cine).
· Libros: Las rimas de Belén Francese es lo más cercano a un Borges que te pueden recomendar.
· Kamasutra: te tratan como si fueras la mujer elástica. Imagínate los dibujos, el hombre acostado como si mirara la tele y la mujer practicando una especie de yoga sobre él. También te recomiendan las distintas sustancias que pueden intervenir en un acto sexual (agua, helado, barro, etc) y cuales son las superficies recomendadas para llevarse a cabo. ¡OJO!, la Cosmopolitan no se olvida de ayudarte a encontrar tu punto G.

No hay revista de mujer que no cuente con horóscopo. En ocasiones, leo estas “predicciones” imaginando al que los escribe y se me representa un tipo que en su juventud fue hippie y lo único que conserva de aquellos años es tierra detrás de las orejas. Un hombre que dejó de creer en el amor cuando su mujer se adhirió al club de fan de Abba y que encima es un periodista fracasado. Lo peor de todo es que igual les creo. Pero si su respuesta no es lo que espero, pienso que esas boludeses no me interesan, sin embargo, me surge la pregunta ¿Por qué a mí?.

Ahora me doy cuenta que mi vida no tenía rumbo. ¡Gracias Cosmopolitan, pude aprender a combinar mi cartera con los zapatos. Benditas las que te compran, porque de ellas será el mundo de la belleza. Benditas las que combinan los colores, porque ellas serán glam. Benditas las que encuentran su punto G, porque obtendrán el placer del amor!

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